jueves, 6 de octubre de 2011

De nuevo hablando de mi primer Maratón y los pezones.

Me han comentado, no sin razón, que en el post anterior, relato como fue el entorno de mi primer Maratón, pero no como fue el Maratón en si. Por tanto, a fuerza de ser pesado, intentaré relatar de manera escueta mi primera lucha contra los  42 y algo.

Como os había comentado, estábamos en la línea de salida, Carmen, Merceditas, un amigo de esta y yo. Merceditas y su amigo van a optar por el 10K. Carmen  y yo a lo grande. Nuestro debut.

Dan la salida y los del 10 K (muchos con camisetas amarillas), se empiezan a movilizar. Nosotros, andando, rodeados de gente por todos lados. Tengo mi Garmin en marcha. Cuando pisamos la alfombra de la salida, ya han pasado 7 minutos. 7 Minutos que no computan en el total, puesto que nuestro tiempo empieza a contar desde que pasamos por las alfombritas.

Arrancamos y como habíamos acordado, nos hacemos fachas. Esto es, corremos pegados siempre al lado derecho de la calzada. Vamos de casquera, Castellana arriba, a 6 y pico el Km. Nos cruzamos con "Gebre" que está apalizando a sus rivales.

Pasamos a la altura del Bernabeu y por supuesto entono el Ala Madrid. Carmen me mira y me hace prometer que el año siguiente corremos juntos en Barcelona para vengarse. Se lo prometo y luego lo cumplimos en Marzo de 2011, pero esa es otra historia.

Se nos pega un tío plomo que ha hecho no se cuantos maratones, empieza  a hablarnos de política. Pero como es una política muy extraña, casi casi política de guerra, puesto que quería fusilar a no se quien y a no cuantos. decidimos alejarnos de él. 

Al pasar cerca de El Corte Inglés por la Calle Joaquín Costa, vemos a Olmos y le voceamos. De momento vamos bien, yo  al menos. Esa sensación me dura hasta el km 20, en que aunque he embadurnado mis pezoncillos de vaselina, me están escociendo de lo lindo. El calor es aterrador. Es el primer día de calor del año. Van unas chicas muy majas, con patines que dan vaselina y me la dan (en la mano claro, en los pezones ya me la doy yo, igual si fuera al revés me sacrificaría...)

He perdido apenas unos segundos, con mis pezones (pensando en los ajenos algunos minutos e incluso horas más), pero veo lejos a Carmen. Aprieto un pelín, esto es acelero el paso, que hablando de pezones la palabra apretar puede dar lugar a diversas interpretaciones. Hasta que la cojo.

Es el km 25, la saludo de nuevo, intento sonreir, pero no me sale. Es como si me hubieran agarrado de la espalda. Me he venido abajo en banderillas. Mi muro del km 25.  Sufrir, sufrir, sufrir y sufrir.

Paso 5 km agónicos, solo adelanto a aquellos corredores que andan o que se paran. Todo el que corre me adelanta. Algunos de los que he pasado, cando andaban, cuando echan a correr, me vuelven a pasar. 

Km. 31, no se que pasa. La barrita, el haber pasado la treintena (de kms de años alguno más). Pero noto que me vengo arriba. Comienzo a correr más deprisa y a adelantar gente.

Me animo, me requeteanimo. Y aunque el terreno tira para arriba, me da igual. Noto una euforia, voy a terminar y voy a terminar muy bien. Sigo, los kilómetros pasan y yo paso a todo el mundo. No me pasa nadie, soy el amo de la carretera. Animo a la gente, una tontería por aquí, una idiotez por allá, algún grito, bailes al pasar por una zona animada con una orquesta.

Empiezo a gritar "huele a Meta", "huele a Meta", una cuesta eterna, pero yo grito, la gente me mira, pero yo grito. Llego a la entrada del Retiro y están mis dos hijas, una en cada mano. 

Vamos para adentro. Ya está hecho, un arco, otro arco, veinte mil arcos de meta, las niñas incluso se cansan.

Pero al final entramos en meta. me ponen una capa de Ibercaja para el frío, una medalla y me sujetan, me preguntan si necesito ayuda. Les digo que no. Un beso a las niñas y a a buscar a su madre.

HE TERMINADO MI PRIMER MARATÓN.

SOY DEL MADRID Y SOY MARATONIANO.

Que la fuerza os acompañe.


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