lunes, 3 de octubre de 2011

De mi primer Maratón o lo que te viene a la cabeza hablando de complicaciones.

Cuando uno habla de complicaciones, la cosa se complica y dado que uno no suele estar muy atinado en según que cosas, te viene a la cabeza complicaciones pasadas, que esperas (en ocasiones no lo consigues) que eviten complicaciones futuras.

Así por ejemplo, me viene a la cabeza mi primer Maratón.

Abril de 2010. Había dicho después de la Media de Guada allá por diciembre de 2009, que yo haría un Maratón en primavera y lo iba a cumplir en Madrid. Pero las complicaciones surgen por doquier.

El Maratón está fijado para el 25 de abril, domingo. El sábado tengo una boda, es de una compañera de trabajo, con lo que ni puedo, ni debo, ni quiero faltar. Para más complicación, la boda es por la tarde, con cena. Resultado de la complicación: Unas 3 horas de pie por la tarde, cena y acostada a la 1:30 de la noche.

Apenas dos horas en la cama y suena el móvil (desde ese día lo apago siempre por la noche). Esta es la conversación:
- Si dígame- dicho así con sueño, y la mala uva del que le ha costado un cojj o sea mucho dormirse la noche antes de un acontecimiento y le han despertado, pero también dicho con inquietud que habrá pasado.

- Pedro, Pedro, que te has dejado aquí la cacerola- dice mi interlocutora.

- ¿Pero que cacerola?

- ¿No eres Pedro?- me pregunta.

- Si, soy Pedro Toledo.

- Ay madre, que me he equivocado, soy Rosana, sabes que ha estado aquí cenando Pedro de Cifuente y han traído comida en una cacerola, se acaban de marchar y claro, para que no anden buscándola luego..

-Rosana, mañana tengo mi primer Maratón, ya me lo contarás, hasta luego- y la cuelgo.

La pobre, me llamaría al día siguiente en el autobús a pedirme disculpas veinte veces. Claro yo también se las pedí por lo borde que fuí. Rosana es una compy de mus, más maja que otra cosa.

Vuelta a la cama y otra hora u hora y pico dando vueltas hasta quedarme en duermevela.

Amanece, autobús en San Ginés y llegamos a Madrid.

Aparcamos en los Jerónimos (es nuestra boda con el Maratón) y nada nos preparamos y salimos andando para hacernos la foto. Nos hemos quedado Carmen (supercompy), Merceditas (haría luego el 10Km) y yo. Estamos a la altura de Colón, cuando no se que comentan del chip. Miró mis zapas y no hay chip. No lo he puesto.

Se lo digo y zas.  A empezar a correr, de vuelta al autobús, hago la carrera más rápida de todas. Llego a menos cuarto. Pero una nueva complicación acecha. El autobús está cerrado a cal y canto y no hay rastro del conductor.

Doy la vuelta al autobús y debe ser el único autobús del mundo mundial, en que no hay puesto ningún teléfono.

Llamo con mi móvil (por suerte siempre corro con él) a mi mujer, para que me busque el teléfono de JJBallesteros. Ella ya está en la estación de tren de Guada, me dice que si se vuelve a casa, no hay tiempo.

Con el móvil busco en google: JJBallesteros autobuses Guadalajara y zas. Aparece un teléfono. Llamo y me descuelgan. Explico lo que me pasa y que no tengo tiempo. Me tranquiliza y me dice que el conductor estará cerca desayunando que le manda para el autobús.


5 minutos interminables, hasta que aparece. Subo, cojo el chip de mi mochila, lo instalo en mi zapatilla y vuelta a correr hasta la salida. Llamo a Mercedes y la localizo, junto con Carmen, llego justo a tiempo, dan la salida. Con la lengua fuera, sobre todo por el estrés, pero al final consigo salir al tiempo.



Resultado, termino mi primer Maratón, entrando en meta de la mano de mis hijas,  más contento que un serpiento, resultado: 4h35m06s.

Que la fuerza os acompañe.



P.D.: Me permito colgar el enlace de la crónica de Joaquín: 


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