sábado, 29 de octubre de 2016

Del duelo cervantino.

- Larga me la fías, amigo Álvaro.

Con esta frase le contesté a mi sicólogo de cabecera, cuando al finalizar uno de las sesiones terapéuticas, que tengo con él, en busca de remedio a mis tontunas.

En la misma, me propuso disfrazarme de Díaz-Leceta, con el objetivo de proseguir con los históricos duelos que la estirpe Sanz-García ha protagonizado con la mencionada y sobre los que han corrido ríos tinta para contarlos y de cerveza para celebrarlos.

Con lo que "rodeados de protocolo, comitiva y seguridad" viajaremos mañana de incógnito, a correr blindados en el Maratón por relevos de Alcalá.

La empresa es ardua y complicada, en un rincón SuperTito, corredor con élficas características que parece que levita entre zancadas para zamparse las medias en poco más de 1:20.

A su lado, el sin par caballero de la triste excusa, que además acusa la presión y que luchará por no desinflarse para rondar la 1:27/1:28. Aún sabiendo que el día que se quite sus manías, andará a la par con su hermano pequeño, puesto que facultades no le faltan, excepto para el conocimiento futbolero que es entre escaso y Patético.

Enfrente el gran Lillo, que está en modo vinagre y que dará el relevo a este humilde Padawan.

La semana ha sido de gran carga, habiendo salido ya 60 km en 5 sesiones de entreno (a destacar los 10x1km del martes, después de rodar 6 km, haciendo 6 de ellos por debajo de 4, con el último a 3:40, o los 3x2km del jueves, con el último a 3:50).

Pero aunque corremos en tierra de escritores, nada está escrito, por lo que he buscado una foto en el Grupo de Facebook de amigos de Guadalajara, buscando un Molino. Al no encontrarlo me he permitido coger la más parecida.

La suerte está echada y ya sabéis chicos suerte y al toro, que es una mona.


Y recuerda, que lo malo de ganar o perder no son las cervezas que paga el que pierde, si no la cara de tonto que se te queda.

Que la fuerza te acompañe. 




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