martes, 19 de julio de 2011

De 20 años no es nada.

Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno...
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor...



Así comienza Carlos Gardel el tango Volver, rematado con el legendario:


Sentir...
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada,



Algo de eso debe estar pensado hoy mi amigo Miguel.


Si, Miguel, el más grande, el único  español de verdad con Bahamontes en ganar un Tour de Francia sin que haya tenido ayudas extras. 


No, Miguel no necesitó la ayuda del Probenecid. No, Miguel no necesitó que se cargaran a  un antiguo compañero de habitación que se había hecho autotranfusiones. No, Miguel no era cuñado de nadie. No, Miguel no dió positivo por clembuterol.


Tal día como hoy, hace 20 años, cuando los viejos eran jóvenes, cuando pagábamos en pesetas, cuando todavía el Barça no había ganado ninguna Copa de Europa, cuando solo había 2 extranjeros por equipo de fútbol, cuando gobernaba Felipe González. Tal día como hoy, Miguel se vistió de amarillo.


Este blog no es de ciclismo, pero hoy DON MIGUEL INDURAIN, se merecía esta atención.


Va ti maestro:


VolverMúsica: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
 

Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno...
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor...
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor...
La vieja calle donde el eco dijo
tuya es su vida, tuyo es su querer,
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver...
Volver...
con la frente marchita,
las nieves del tiempo platearon mi sien...
Sentir...
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada,
errante en las sombras,
te busca y te nombra.
Vivir...
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez...
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida...
Tengo miedo de las noches
que pobladas de recuerdos
encadenan mi soñar...
Pero el viajero que huye
tarde o temprano detiene su andar...
Y aunque el olvido, que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guardo escondida una esperanza humilde
que es toda la fortuna de mi corazón.



Compuesto en 1935 y aparecido en la película "El día que me quieras".

Que la fuerza os acompañe.

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