DE MI CLON.

Es lunes 7 de septiembre, me queda un día suelto de vacaciones y mi jefe me autoriza cogérmelo, siempre que trabaje de 6:00 a 10:30.  Con lo que decido entrenar, después de cumplir los deseos del patrón, rememorando aquella canción de mis tiempos de juventud, que más o menos decía así "mi vida es el trabajo, pero me miran mal, cada vez que pedimos, justicia y libertad".

Como considero adecuado, que de vez en cuando se vea alguna camiseta naranja sin nocturnidad, decido correr de esa guisa.

Si, ya se que el selfie no es lo mío, pero mi iPhone no hace milagros y mi cara es lo que es. 

Una vez uniformado y autoretratado (con dos prominentes orejas, no como cierto pintor holandés), me encamino a hacer una ronda gotera, como homenajea a este grupo Ver  LOS GOTEROS que no está extinguido, sino vivito y coleando, aunque algunos de sus miembros hayamos huido a distintos grupos del rey animal o bicicletil. 

Pero mira tu por donde, que cuando llevo menos de un kilómetro de entrenamiento y voy bajando a los sifones, me cruzo con un corredor que parece mi clon. Calvo como yo, mas bien feocho (o así me lo pareció), con gafas y cargado de "gadchets". Lleva cara de velocidad, pese a que sube a ritmo no muy alegre. 

Como no podía ser de otra manera, levanto la mano para saludarle, pero cual sería mi sorpresa que me mira y no articula sonido ni saludo gestual. En ese momento, me vino a la cabeza un post de mi amigo Peñu Ver BLOG DEL PEÑU SOBRE NO SALUDARSE ENTRE CORREDORES.

Un momento de duda, hasta que me cruzo con la siguiente corredora, nos saludamos (como no podía ser de otra manera) y tomo una decisión: seguiré saludando a todo el mundo y es más, si me cruzo con mi clon, además de saludarle con la mano, levantaré la voz hasta quedarme sin aliento aunque esté en mitad de una agónica serie. Y me dará igual que me conteste o no, puedo prometer y prometo, que seguiré saludando a cuantos corredores me cruce por caminos solitarios y que incluso haré lo posible por avergonzarlos si al menos no me corresponden con un mero levantamiento de la mano o de la cabeza.

Con lo que acabé mi entrenamiento, para totalizar 8,6 km en 45 minutillos que me han costado una exageración, puesto que llevaba 10 días sin hacer nada de deporte. Castellón está mas cerca.

Que la fuerza os acompañe.